Monday Monday, so good to me...

He estado a punto de morir una muerta dolorosa y muy sangrienta: Casi me atropella un paleto en el más profundo sentido de la palabra con una carretilla elevadora de la marca Toyota. He escapado por poco, la vida – mi vida – me ha pasado por delante, y ahora voy a cambiar las cosas que me molestan, ahora que siento la sangre pasar con fuerza por mi cuerpo me veo capaz de tomar el destino en mis manos y ser la dueña de las cosas que me sucedan. Dejaré de decir que sí cuando pienso que tiene que ser un no rotundo, seré non-conformista aunque la gente me mire mal, llevaré zapatos sin puntas y sin tacones solo para encajar, vuelvo a comer tripis y dejaré la cocaína porque es mala para el corazón, me acostaré con hombres y mujeres, nunca sabemos que es lo que nos podemos llegar a perder por ser estrechos, me compraré un caballo y llevaré el pelo suelto, dejo de trabajar en una oficina y me hago jardinera en los parques y jardines de Zaragoza. Plantaré tomates y zanahorias en las riberas del Ebro, me dedicaré a pescar, y viviré de lo que me cede esta nuestra tierra, diré que no a las bolsas de plástico y en verano llevaré faldas aunque no me haya depilado las piernas, tampoco me quitaré el bigote. Una carretilla Toyota me ha cambiado la vida, doy las gracias al hombre que casi me mata, y sobre todo al otro que me salvó la vida, este es el primer día de mi nueva vida. ¿Qué hay para comer? – Ravioli! Perfecto!