jueves, 4 de diciembre de 2008

The art of cooking for two.

Claro que como miembro femenino de este equipo no podía dejar sin contestación la entrada anterior de mi querido Matamala.

Si eres una mujer soltera y por fin te encuentras BIEN estando sola, una noche sales por allí dispuesta a todo menos las cosas que impliquen compromiso. Cuando estás bien sola parece que llevas un imán enorme en el bolsillo, porque todos los tíos van detrás tuyo, será que son todos cazadores, y ver una presa que intenta escapar llama mucho más la atención que la mirada desesperada de perrita abandonada. Bueno, uno te gusta, te lo llevas a casa o te vas con él, según como veas (las dos cosas, jugar "fuera de casa" o "en casa" tienen ventajas y desventajas, pero esto merece una entrada aparte...), y el día siguiente te sientes como una triunfadora, te lo pasas haciendo las cosas con una sonrisa atontada pero poco más. Apenas te acuerdas que le habías dado tu número de móvil y de repente te llega un mensaje o una llamada. Como no contestas enseguida sigue insistiendo, porque él sigue siendo cazador y tú sigues siendo la presa que no se quiere dejar atrapar.

Pasa el tiempo, y quedas con él, te das cuenta que maneja muy bien las palabras y que empiezas a caer, a principios solo un poquito, porque no quieres tropezar con la misma piedra una vez más, pero como elige muy bien las palabras cada día caes más. Te quedas alguna noche en su piso y todo está recogido, y encima ha comprado la bebida que tomaste el primer día que os conocisteis en el bar. Le cuentas a tus amigas que te estás enamorando, pero que esta vez es un chico muy especial que te escucha y que te respeta, no es lo de siempre, estás convencida que esta vez es real, por fin has conocido a un hombre decente. Un día te deja su llave, y para agradecérselo te vas a hacer la compra y reorganizas un poco la nevera para que quepa todo lo que has comprado, y ya que estás también haces la cena. No sabes que esto es solo el principio. Un día te dice que es inútil que tengáis un piso cada uno y porque no te vengas a vivir con él. Tus amigas tienen dudas, pero tú sigues convencida. Como es un hombre ocupado y para que no te tenga que ayudar con la mudanza te lleva tu hermano, y para que no haya más complicaciones llevas 2 maletas. Ya que siempre te ha contado que no le gusta la televisión basura te sorprendes que por las noches siempre está puesto Telecinco, será un error o algo falla con el mando así que cambias a TVE2.

1 año más tarde estás en su piso (porque aunque viváis los dos sigue siendo "su piso") quitando el polvo de las estanterías mal-montadas del IKEA. Él está echando unas cervezas con sus amigos y a ti aún te falta pasar la escoba y hacer la cena. De sentirte como una triunfadora una noche has pasado a ser la chica en la sombra, y al final te van a criticar por no llevar ropa interior increíble.
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5 comentarios:

Anónimo dijo... at 9 de diciembre de 2008, 13:43

Hombre....hay que buscar el equilibrio y ni las mujeres ni los hombres son como los armarios del IKEA. Si sigues teniendo tus amistades hay un tiempo para todo pero no hay que quedarse en casa por que el otro se vaya de cañas.
La verdad que como siempre los hombres son de marte y las mujeres de venus...pero la tierra esta de por medio.

matamala dijo... at 9 de diciembre de 2008, 13:50

Me acabo de enamorar... (je,je)

Sally Cinnamon dijo... at 9 de diciembre de 2008, 15:25

Y yo.

Anónimo dijo... at 12 de diciembre de 2008, 13:24

Vaya dos anda....si es que al final descubrire que soy metrosexual y todo. Lo que me sobra es lógica....y me falta mala ostia. Al final me parecere a ZP con el talante manda güevos.

Sally Cinnamon dijo... at 12 de diciembre de 2008, 19:32

Tampoco es tan malo ser metrosexual... Y un poco de lógica y falta de mala ostia... vaya, al final me enamoraré de verdad y todo ;-)