Hay espectáculos de masas en teoría baratos y otros que parecen elitistas y en teoría parecen caros, pero ¿Qué es caro? Y ¿Qué es barato?
Uno acude al fútbol, ese espectáculo popular que se celebra en la ciudad cada dos domingos. Se gasta uno como mínimo 30 euros, en una entrada detrás de una portería en donde se ve fatal el partido de fútbol. A la entrada del campo por tener una entrada barata te cachean y los policías te miran con cara de pocos amigos, eso si, aunque a veces no les ves ni la cara ya que ese día es de alto riesgo y llevan pasamontañas y casco, tú debes ser peligroso ya que en la vida te han cacheado para ver que llevas en los bolsillos y siempre que entras a ese estadio lo hacen. Luego consigues Entrar al estadio después de pasar por un torno como si entraras al metro y te dan dos cuartillas en las que te dicen que equipo juega en un papel de calidad ínfima.
Luego te acercas a la barra del bar que es un lugar lúgubre hecho de cemento que lleva así desde hace 50 años sin reformar ni nada, toda una reliquia.
Te cobran 3 euros por una coca-cola y encima te quitan el tapón de tu botella de plástico ya que podrías lanzarla al campo. ¿Que culpa tienes tú que alguien lanzara alguna vez una botella llena al campo? Y es que también una vez tiraron monedas y no te prohíben meterlas al campo y también cayo una vez un teléfono móvil y tampoco te prohíben su entrada.
Intentas bebértela, sin que se caiga al suelo ya que no puedes dejar la botella mas que en el suelo y sin tapón y si se cae, culpa tuya y si quieres te compras otra, pero por supuesto sin tapón.
Luego llegas a tu asiento sin que haya ningún acomodador que te indique tu asiento y sin que en ningún lado aparezca cual es tu localidad, debes buscarte la vida, cuando crees que ese va a ser tu sitio te das cuenta que te han vendido unas entradas, que unos chicos muy amables con el pelo muy corto te indican que no te puedes sentar, ya que allí se sitúa el grupo de animación del equipo local con que debes buscarte la vida y esperar a que se vaya sentando el resto de la gente, para acomodarte en cualquier otra localidad del estadio.
Una vez comenzado el partido, debes sentarte en alguna butaca que quede libre, cuando piensas que ese es tu sitio te das cuenta que todas las sillas de plástico del estadio están sucias y que nadie va a venir a limpiarlas, preguntas a tus compañeros de fila donde se puede alquilar una almohadilla para no mancharte pero y aunque deseases alquilar una almohadilla para no ensuciarte; en las localidades situadas en los fondos de ese estadio no alquilan almohadillas ya que en teoría no es negocio.
Al final te sientas en una silla de la ultima fila del estadio, donde te comentan que allí una vez incluso encontraron la mierda de una persona humana y que al ser la ultima fila y estar los cristales rotos de detrás de ti entra un frío horrible. Y eso que vas abrigado como si fueras a esquiar. (Botas de montaña, dos pares de calcetines, pantalones de pana, abrigo de nieve, bufanda y gorro)
Luego llega el partido, entre jugadores en teoría son muy famosos que son en realidad malísimos. Con todo publicidad por todo su cuerpo y todo publicidad alrededor del terreno de juego. Tu equipo va perdiendo y desde la megafonía del estadio, (cuando funciona) piden que debes seguir animando y tú ya no sabes que hacer.
Luego llegas a casa y te preguntan que tal el partido y dices con el pantalón sucio, enfriado, ronco, enfadado y con 33 euros menos, (eso si has ido andando al estadio que esa es otra historia) ha estado genial el partido de futbol y el miércoles hay partido de copa del rey contra un equipo de 2º B con que ya tengo ganas de ir al partido…
Y piensas… el fin de semana anterior fui al teatro. ¡A ver! Me gasté 10 euros en una entrada en el peor lugar del teatro, denominado gallinero, ese lugar donde en teoría se ve fatal la obra de teatro pero que comparando con la altura de una tribuna de un estadio de fútbol y la distancia a la portería contraria es un autentico lujo. Entras al teatro, un lugar precioso, decorado espectacularmente desde hace más de 200 años. A la entrada unos señores impecablemente vestidos te solicitan la entrada amablemente y te hacen entrega de un programa a color con papel de calidad de la función de ese día. Tengas la entrada que tengas y te sientes donde te sientes.
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Luego te acercas a la barra del bar que es un lugar acorde con el teatro. Te tomas una coca-cola tranquilamente e incluso te avisan que la función va a comenzar con que te da tiempo de ir a tu sitio a tomar a asiento.
Luego llegas a tu asiento con la ayuda de un acomodador que te indica amablemente tu asiento que es una butaca aterciopelada limpisima mientras el suelo esta impecable con una moqueta preciosa, te quitas el abrigo ya que la calefacción hace que estés incluso a gusto con sólo el jersey.
Luego llega la obra de teatro, allí también hay actores muy famosos pero en ese arte todos los actores muy famosos significan que son muy buenos y no por ello deben ir con publicidad por todas partes incluso en el culo, ni alrededor del escenario hay patrocinadores. Sólo teatro.
Aquí. Sólo debes disfrutar de la obra de teatro y nadie te obliga a aplaudir, a reír, a llorar solo a disfrutar y es que no hay nadie que desde la megafonia del teatro grite que debes seguir animando a los actores para que en esa función lo hagan mejor..
Luego llegas a casa y te preguntan que tal y dices, bueno la obra de teatro regular tirando a mal ya que las entradas estaban muy lejos del escenario, la obra era un poco aburrida y muy larga y además a los actores se les notaba que sobreactuaban mucho. Creo que no volveré al teatro hasta dentro de mucho tiempo...
martes, 31 de marzo de 2009
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